Rafael Torreblanca

Allí se dedicó a la enseñanza, aunque su posición de maestro en Perú fue sumamente precaria.

La solución de un problema de contabilidad para la cual se ofrecía un premio por la prensa limeña y la casa comercial Dreyfus, le proporcionó una mediana cantidad de dinero que le permitió solventar las deudas de su hermano y regresar luego a Chile.

Al regresar a Chile se convirtió en cateador (buscador de minerales del desierto) el año 1879.

Ese mismo año estalló la guerra, enlistándose en el batallón Cívico de Atacama n.º 1.

Si bien muchas de las circunstancias del libro son imaginarias, su gesta aparece descrita en el texto con bastante realismo.

Rafael Torreblanca en una idealización artística.
Monumento a Rafael Torreblanca en el Regimiento de Infantería n.º 23 "Copiapó" .