Tal como sus hermanas, Hodierna era una mujer independiente, pero el conde de Trípoli reprobaba este comportamiento y la mantenía en reclusión.
Raimundo y Hodierna acordaron una reconciliación, pero fue decidido que la condesa debería volver a Jerusalén con su hermana por un corto período.
Fue así el primer no-musulmán al ser muerto por los Asesinos, probablemente en relación con el establecimiento de la Orden del Hospital en el condado.
Hodierna volvió inmediatamente a sus dominios para asumir la regencia del condado en nombre de su hijo Raimundo III, aún un niño.
Melisenda de Trípoli, su hija, fue posteriormente considerada esposa del emperador bizantino Manuel I Comneno.
Raimundo III asumió esto como una ofensa personal y en respuesta atacó Chipre, que en esa época estaba en manos bizantinas.