Tuvo una activa participación en las Guerras Carlistas, en la que se destacó en los frentes Vasco, Navarro y Catalán gracias a lo cual obtiene el grado de Brigadier.
En 1879 es nombrado capitán general de Cuba, durante este periodo de gobierno en Cuba tuvo que enfrentarse al levantamiento conocido como Guerra Chiquita, logrando pacificar nuevamente los campos cubanos.
Regresa a España en 1881 donde fue nombrado esta vez capitán general de Cataluña y Extremadura.
Durante el Gobierno de Cánovas del Castillo en 1893 fue enviado a Filipinas como capitán general,[4] donde permanece hasta 1896.
Fue enviado a Cuba con la autonomía que los cubanos tanto habían pedido, sin embargo, ya era demasiado tarde, la intervención estadounidense en la guerra daría comienzo a la conocida guerra de Cuba, que decidiría el desenlace del conflicto cubano–español.