Durante dicha edición de la regata murieron 3 marineros en altamar.
Las condiciones climáticas fueron tan adversas que incluso el Sayula II fue volteado por una ola de 12 metros, para posteriormente reincorporarse y seguir en la competencia.
[2] Ramón Carlín fue criado en una familia donde no existían influencias de navegación.
No fue hasta sus 40 años que el empresario realmente conoció el deporte del veleo.
[2] Carlín comenzó a inscribirse en regatas menores y posteriormente tuvo la idea de embarcarse en la regata más peligrosa y demandante del mundo, en aquel entonces conocida como la "Whitbread Round the World Race".