Su primer destino pastoral le llevó a diversos poblaciones de la provincia de Guadalajara: Cañizar, donde fue ecónomo; y Coruelas, Torre del Burgo y Heras de Ayuso.
Posteriormente fue nombrado coadjutor de Almorox (Toledo).
[3] En 1959 se instaló en Toledo, donde permaneció hasta su fallecimiento, ocupando diversos puestos pastorales.
En 1985 fue designado delegado diocesano para el patrimonio cultural de la Iglesia y en 2008 pasó a ser archivero-bibliotecario emérito del cabildo catedralicio de Toledo.
9-180, donde estableció las ediciones, cronología y los talleres de la imprenta incunable toledana.