Ramón Montoya Salazar

Su padre, Aquilino, nació en Ríoseco (Valladolid) y su madre, Juana, en Fregenal de la Sierra, (Badajoz).

Es a la edad de 16 años cuando, decididamente, comienza su carrera profesional y lo hace en el café cantante llamado “El Pez”, donde había actuaciones de baile y cante flamenco, donde permanecería por tres años.

Entonces frecuentaban escritores, intelectuales, artistas, y turistas atraídos por aquel gran movimiento de esta época… Seguramente que Ramón Montoya como artista permeable que era supo digerir todo este gran movimiento cultural.

Fue en este café donde él creó la Farruca, estilo que llegaría un poco más tarde a calar en la canción popular española de entonces (lo cual igualmente así la llamaban), y se nota perfectamente su influencia en lo musical.

Está claro que comienza a aportar sus ideas y personalidad donde muestra su gran virtuosismo, el apoyo al cante, sus melodías justas pero precisas, más cerca del cantaor como diálogo cante-guitarra.

Dicen que Llobet sacaba un sonido a la guitarra de una desgarradora belleza especial.

Hicieron de este arte cada uno en su terreno, así como juntos, una cátedra fundamental para el Flamenco que nos llega hasta nuestros días.

Citar también algo importante e histórico es cuando el empresario y actor cómico señor “Vedrines” se inventa la “Ópera Flamenca”.

A Don Antonio Chacón lo presenta como “El pontífice del cante jondo” y a Ramón Montoya como “El mago de la guitarra” convirtiéndolos en las principales figuras de dichos espectáculos.

También empezó a utilizar la afinación con la sexta en re mayor como en la “Guajira”, “Farruca”, y también para su mítica “Rondeña”, donde también baja la tercera cuerda a sol bemol, palo que ha quedado en el Flamenco como legado suyo de por vida y que, hasta hoy día, es uno de los palos solistas más atractivos de tocar.

Ramón Montoya se consagraría en París… Y sería por un proyecto ideado por un alumno suyo, enamorado por su arte.

Son 14 obras o 14 toques flamencos, en sus anteriores grabaciones como solista a principios de siglo pasado en España; Don Ramón Montoya parece no estar muy conforme con los acuerdos y la calidad.

Actuaría como consecuencia en otros países, Bélgica, Inglaterra y en Argentina donde allí cosecharía muchos éxito,s sobre todo en aquel Teatro “Maravillas” donde era un gran escaparate de artista flamencos llegados desde España.

Se lo considera el creador del primer palo de concierto solo para la guitarra, la rondeña.