En el gabinete ministerial, presidido por Manuel González de la Cotera como ministro de Guerra, figuraban también: Manuel Yrigoyen Arias (Relaciones Exteriores); Alejandro Arenas (Hacienda) y Aurelio Denegri (Gobierno).
[6][7] El historiador Tomás Caivano describiendo la batalla de Miraflores, recuerda que todo el ataque chileno por mar, desde la escuadra y por tierra, incidió sobre los tres primeros reductos: 1, 2 y 3, defendidos por el elemento más selecto de Lima (abogados, magistrados, grandes propietarios, banqueros, exministros, exdiputados, exsenadores, etc.); de ahí la enorme mortandad de personalidades visibles y agrega:[8]
Ante la negativa chilena de paz sin dichas concesiones, las fuerzas de ocupación buscaron otros interlocutores, capturaron a García Calderón y lo enviaron cautivo a Chile (1881).
Ribeyro sirvió luego como agente diplomático del gobierno de Lizardo Montero, pero igualmente fue apresado por los chilenos y confinado en Angol, Chile, junto con otros prominentes peruanos (1882).
Tomó participación activa en la reconstrucción del Perú, despedazado por la guerra, despojado de sus tesoros naturales y saqueados sus bienes culturales, tras una dilatada ocupación de su territorio.
[12] En el primer gobierno de Cáceres fue nombrado ministro de Relaciones Exteriores (octubre a noviembre de 1886), formando parte del gabinete ministerial presidido por José de Araníbar (Hacienda), y que estaba integrado además por el general Manuel Velarde Seoane (Gobierno), Luis Felipe Villarán (Justicia e Instrucción) y el coronel Justiniano Borgoño (Guerra).
Luego pasó a ser ministro plenipotenciario en Chile, entre 1893 y 1895, en donde luchó decididamente para hacer cumplir lo pactado en el Tratado de Ancón de 1883, esto es, que transcurridos diez años, las provincias de Tacna y Arica retenidas por Chile, serían sometidas a plebiscito para definir si permanecían en dicho país o regresaban al Perú.
El paso del maestro Ramón Ribeyro por el claustro sanmarquino dejó huella en sus alumnos.