Ramoy Romay ingresó, en 1780, en el Colegio Naval de Ferrol, iniciando así su carrera en la Armada.
Finalizada la guerra, el retorno del Rey Fernando VII supuso la abolición de la Constitución Española, aprobada en Cádiz en 1812, y la restauración del absolutismo.
Romay apoyaría dicho pronunciamiento, y a su fracaso se ve abocado al exilio en Inglaterra.
Posteriormente, en 1836 sería nombrado comandante del Departamento Naval de Cádiz, donde permanece hasta ser elegido, en 1837, senador por la provincia de La Coruña.
[1] En 1843 fue nombrado director general de la Armada, concediéndosele el rango de capitán general, el más alto al que puede optar un marino en España.