Escritores y personas preocupadas por la cuestión lingüística asturiana (muchas personas vinientes de estas dos corrientes se refugiaron en ella) la mantuvieron como elemento importante.
Fue de esta manera como el idioma, junto a la música asturiana, fue el principal elemento de estudió para muchos intelectuales asturianistas y universitarios.
1919 fue, asimismo, el año en que se creó la Real Academia de la Lengua Vasca; en Asturias desde Jovellanos había una idea para la creación de una institución para el estudio y fijación del idioma autóctono.
Todo eso acabó con la creación de la Real Academia Asturiana.
Sin embargo, muchos de los académicos recogieron sus inquietudes asturianistas bajo el paraguas del RIDEA, creado en el 1945, que, a través de sus monografías dialectales y de su literatura costumbrista, hizo las veces de institución lingüística del asturiano, resguardando a los estudiosos, hasta la aparición del Surdimientu.