El peso se convirtió, en 1897, en la única unidad monetaria vigente en México, con una tasa de cambio de 8 reales por 1 peso.
En 1822 se comenzaron a emitir monedas del real de México.
Se emitieron monedas en casas de Chihuahua, Durango, Guadalajara, Guanajuato, Nueva Vizcaya, Oaxaca, Real del Catorce, San Fernando de Bexar, San Luis Potosí, Sombrerete, Zacatecas y Morelia.
Las monedas de los independentistas fueron acuñadas en varios lugares, incluyendo la Nueva Galicia, Oaxaca, Puebla y Veracruz, en ocasiones también resellando las monedas del virreinato con sus propios cuños.
Los anversos de las monedas de plata y oro tenían una gran variedad de retratos del emperador, con la leyenda «August Dei Prov» y la fecha, o «Augustinus Dei Providentia» y la fecha.