Juan Jorge Graubner llegó a Madrid en 1758 con apenas veintidós años y, tras trece de trabajo e invenciones diversas en metalurgia y maquinaria, fue a Riópar por primera vez en 1771 e inspeccionó la mina concibiendo un proyecto del que dio cuenta al rey Carlos III.
Uno, "San Juan", junto al arroyo Gollizo (El Royete), para fabricar objetos manufacturados en latón.
El otro, "San Jorge", se instaló junto al río Mundo, debajo de la mina, para labrar el cobre y extraer el cinc.
En 1781 se logró concentrar toda el agua del río Mundo en la presa El Laminador para alimentar la rueda y máquinas del martinete de cobre y desde ese momento el complejo fabril entró verdaderamente en funcionamiento.
Las manufacturas allí realizadas cosecharon medallas de oro, plata y bronce en distintas Exposiciones Internacionales: Madrid (1850), Londres (1862), Filadelfia (1876), París (1878), Barcelona (1888), entre otras.