Durante las siguientes cinco semanas, cada bando organizó sus fuerzas, preparándose para el conflicto abierto.
El rey tampoco estaba en posición de lanzar una gran campaña militar, especialmente basándose en rumores o en sospechas.
La Pascua fue un punto de inflexión en el conflicto, ya que los rebeldes no se presentaron en la corte del rey.
Odon se instaló en la ciudad amurallada de Rochester, donde también controlaba el castillo.
Henri de Beaumont, fue un apoyo influyente que se revelará durante este conflicto.
También hubo rebeliones en el este del país, pero las crónicas contemporáneas dan poca información al respecto.
Luego hizo la promesa a sus tropas reunidas de establecer un buen gobierno.
Dejó que sus comandantes regionales se encargasen de las otras rebeliones y envió una flota para proteger la costa del país a fin de interceptar la flota del duque.
Guillermo el Rojo se volvió hacia Rochester, pero fue informado de que Odón de Bayeux se había unido a su hermano Robert en Pevensey, porque había recibido refuerzos del duque Robert Courteheuse.
Mientras tanto, los rebeldes aislados en Rochester continuaban con sus incursiones en Canterbury, pero el rey no se distrajo.
Odón acordó negociar la rendición del castillo de Rochester en el que se habían retirado algunos barones normandos y flamencos.
Robert Courteheuse esperó demasiado para lanzar su ofensiva y fue su incapacidad para enviar refuerzos lo que frustró esta rebelión.
Su hermano Roberto de Mortain pudo permanecer en el reino y conservar sus bienes.
Recompensó a los que le habían sido fieles y de gran ayuda.