Está basado en el supuesto de que una superficie recién formada (por ejemplo, una colada de lava) y por lo tanto, carente de marcas, acumula con el paso del tiempo cráteres de impacto con una tasa determinada.
A mayor densidad de impactos, mayor antigüedad potencial de una zona.
El método ha sido calibrado utilizando las edades calculadas por distintos métodos de muestras recogidas en la Luna.
Por ejemplo, en el caso del impacto que creó el cráter Zunil, se produjeron unos cien cráteres secundarios, algunos a más de 1000 km del impacto primario.
Si impactos similares también hubieran producido cantidades comparables de cráteres secundarios, esto podría significar que zonas particulares de Marte inicialmente libres de impactos, podrían haber sido "salpicadas" por los materiales proyectados debido a la colisión generadora de un gran cráter primario, lo que podría confundirse con la acumulación de unos pocos pequeños impactos primarios desde la formación de la superficie.