[4] También buscan denunciar estos delitos para darles visibilidad en la sociedad[5] pues creen que, al tener poca cobertura periodística, los mismos se suelen ver como casos aislados y no como crímenes sistemáticos.
[7] Dentro de sus actividades destaca el Mapa chileno del abuso eclesiástico, que contiene el nombre y el cargo del religioso denunciado, las fechas en las cuales fueron perpetrados los abusos y la ubicación precisa del lugar en el que fue cometido el hecho.
[8][4] Esta herramienta interactiva evidencia el alcance geográfico que han tenido este tipo de abusos en el territorio chileno a partir de su geolocalización.
[5] Este mapa es la única fuente pública a la cual puede acceder la sociedad chilena y desde el extranjero si se desea consultar por un denunciado.
[4][11] Desde 2018 piden al gobierno de Chile que se establezca una comisión de la verdad y la reparación independiente que investigue las denuncias,[3][1][12] siendo el único país de América Latina en el que los sobrevivientes solicitaron en común una comisión de este tipo, aunque la misma fuera rechazada por Sebastián Piñera en ese momento.