El reflejo de succión es un reflejo arcaico que se da en los seres humanos durante las primeras semanas de vida, generalmente hasta los cuatro o seis meses.
Se activa cuando un objeto entra en contacto con los labios del recién nacido, proporcionando que la boca se ponga a succionarlo.
Su existencia es prueba de madurez en el niño.
Con el tiempo, esto adquirirá un valor funcional que permita al niño succionar de modo consciente.
Por el contrario, si más allá de los seis meses continua como conducta refleja, se puede considerar como un signo patológico en el desarrollo del bebé.