Este estudio fijaba el impuesto anual de acuerdo al rendimiento de cada terreno, recogiendo el nombre del granjero principal, que pasaba a ser responsable del cumplimiento tributario.
El pago también podía recaer como responsabilidad colectiva de todo un pueblo bajo el Sistema Murauke (村請制, Muraukesei?).
Inicialmente, el gobierno ordenó a los granjeros que midiesen de manera individual sus parcelas agrarias, calculasen los impuestos proporcionales y los entregasen a los funcionarios locales de tributo.
Esto provocó un resentimiento generalizado entre los campesinos, y varias revueltas estallaron por todo el país.
Hasta finales de la Era Edo, los impuestos se pagaban en arroz y cosechas, siendo el contribuyente el propio agricultor.
Este sistema tributario se mostró muy inconsistente, con una gran fluctuación en las cantidades recaudadas en las diferentes regiones de Japón.
El nuevo régimen tributario sobre la tierra creó un sistema uniforme que cobraba a los propietarios una cantidad fija de dinero en efectivo en función del valor de sus tierras.
), y ante esta situación, el gobierno decidió reducir las tasas al 2.5% en 1877 ante el temor de nuevas revueltas.
Todas las direcciones, clasificaciones zonales e información de superficie fueron transferidas directamente al Chidaichō seido, por lo que se puede decir que los actuales registros se remontan a esta reforma.