[1] Un refugio puede ser tanto natural como artificial, siendo este último construido mediante el uso de malecones, embarcaderos o rompeolas.
[3] Desde sus comienzos, la navegación empleó determinados lugares costeros, como bahías, ensenadas o desembocaduras de ríos, que ofrecieron refugios seguros para atracar las embarcaciones primitivas.
[4] Durante toda la historia de la navegación ha sido común que piratas y bucaneros aprovecharan los refugios marítimos naturales para guarecerse.
Otro tipo de refugio marítimo incluye los puertos libres de hielo, ubicados cerca del polo norte y sur, siendo algunos exponentes los ubicados en Hammerfest (Noruega) y Múrmansk (Rusia).
Algunos ejemplos son: Los refugios marítimos naturales suelen situarse en bahías o ensenadas dadas sus características.
[11] Por otra parte, una ensenada presenta similitud con la bahía pero a un tamaño más reducido.
Se forman mediante distintas líneas de rocas, siendo las exteriores y con contacto al mar más resistentes (como roca ígnea o caliza), mientras que en el interior se deposita arena o arcilla.