Blyth tocaba la flauta, construyó instrumentos musicales, y aprendió por sí mismo varias lenguas europeas.
Según algunos, se trasladó a la India, donde enseñó por un tiempo hasta que hizo sentir su descontento con la dominación colonial británica.
A pesar de que expresó su simpatía por Japón y pidió la ciudadanía japonesa, se le denegó.
Después de la guerra, Blyth trabajó diligentemente para las autoridades, tanto japonesas como estadounidenses, facilitando la transición a la paz.
Blyth funcionó como enlace con la Casa Imperial japonesa, y su íntimo amigo, Harold Gould Henderson, estaba en el personal del general Douglas MacArthur.
Blyth hizo mucho por popularizar la filosofía Zen y la poesía japonesa (especialmente el haiku) en Occidente.
Hoy en día se le recuerda sobre todo por su labor como introductor del haiku en la cultura inglesa.
Muchos miembros de la "comunidad haiku" internacional también leyeron los primeros libros sobre el haiku de Blyth, entre ellos el escritor estadounidense James W. Hackett (nacido en 1929), Eric Amann, William J. Higginson, Virgilio Anita, Reichhold Jane y Gurga Lee.
Aunque Blyth no previo la composición de haikus en idiomas distintos del japonés cuando comenzó a escribir sobre el tema, y aunque no fundó una escuela poética, sus obras estimularon la escritura de haikus en inglés.