El registro es necesario para poder comparar o integrar los datos obtenidos de estas diferentes mediciones.
Las transformación lineales son de naturaleza global, por lo tanto, no pueden modelar diferencias geométricas locales entre las imágenes.
Estos métodos trabajan por simple transformación, tales como la traslación, la rotación y el escalamiento.
La ubicación de este pico corresponde a la traslación relativa entre las imágenes.
Además, la correlación de fase utiliza la transformada rápida de Fourier para calcular la correlación cruzada entre las dos imágenes, lo que por lo general resulta en grandes mejoras en el rendimiento.
Se han desarrollado métodos manuales, interactivos, semiautomáticos y automáticos.
Los métodos interactivos reducen el sesgo del usuario mediante la realización de ciertas operaciones claves de forma automática mientras que todavía confían en que el usuario guíe el registro.
[3][4] Sin embargo, muchos métodos para cuantificar la incertidumbre o estimar las deformaciones son computacionalmente intensivos o sólo se aplican a conjuntos limitados de transformaciones espaciales.
Debido a las muchas aplicaciones a las que se puede aplicar el registro de imágenes, es imposible desarrollar un método general que esté optimizado para todos los usos.
El registro de la imagen médica (para los datos del mismo paciente tomadas en diferentes momentos, tales como la detección de cambios o el control de un tumor), a menudo, además, implica el registro elástico (también conocido como no rígido) para hacer frente a la deformación del paciente (debido a la respiración, a los cambios anatómicos y así sucesivamente).
También se utiliza en astrofotografía para alinear las imágenes tomadas del espacio.