En 1915, en plena Primera Guerra Mundial, se presentó voluntario como piloto militar en la recién creada fuerza aérea alemana, la Luftstreitkräfte.
Este principio era de algún modo parecido al utilizado por la NASA en los vuelos del Transbordador espacial.
Su innovación también le permitió desarrollar cohetes con más alcance, optimizando el combustible necesario para el vuelo.
Pruebas posteriores demostraron la eficacia y la fiabilidad de sus cohetes, que se hicieron famosos en Alemania, atrayendo un gran interés por parte del público.
Estas demostraciones también atrajeron la atención de la marina alemana, la Reichsmarine, que había estado desarrollando cohetes para su uso militar desde 1929.