Reja de arado

Con ello solo se lograba un escarificado superficial que removía el suelo pero sin invertir la gleba.

Así, los sumerios tenían un arado-sembrador, y los antiguos romanos sembraban en el surco que dejaba la reja en la última arada.

A diferencia del afilado de cuchillos que se realiza por abrasión, en la reja de acero era necesario caldearla hasta el rojo y batirla sobre caliente con un martillo estirando el metal hasta darle un ángulo agudo con el filo adecuado, y luego templar en baño de aceite la zona afilada.

La exhortación a la paz de los Profetas se ha traducido al castellano y francés como «con sus espadas forjarán arados».

[3]​ Esta última traducción, también usual en inglés y alemán, es más correcta dado que en la antigüedad la reja era la única pieza metálica del arado; las restantes parte eran de madera.

Labrador griego arando. Se observa claramente la reja puntiaguda de los antiguos arados. Decoración de un jarrón griego de ca. 540 a. C.
Reja de arado actual.