Las relaciones de la UE con Cuba se rigen por la Posición Común,[1] Aprobado por el Consejo Europeo de Ministros en 1996, que se actualiza cada seis meses tras las evaluaciones periódicas.
La UE redujo el perfil de la participación de los Estados miembros en eventos culturales e invitó a disidentes cubanos a las celebraciones del Día Nacional.
Este período de fricción diplomática se conoció como las guerras del cóctel.
Aunque la UE levantó las sanciones económicas contra la nación en 2008, revisa la situación anualmente.
Mientras tanto, España, que actualmente ocupa la presidencia del Consejo de la UE, ha estado trabajando para normalizar las relaciones, alegando que la posición común no ha producido cambios en Cuba.
[4] Cuba se beneficia del sistema preferencial de preferencias generalizadas (GPS) para sus exportaciones.