Relatos originales de la vida real

El editor Joseph Johnson la publicó por primera vez en 1788 y la obra se reeditó en 1791 con ilustraciones realizadas por William Blake.

Dedica un capítulo completo a desarrollar un plan de educación nacional, el cual debía ser semi-público, semi-privado y co-educacional.

[5]​ Al momento de su muerte, en 1797, Wollstonecraft estaba trabajando en dos obras educativas más: Management of Infants, un manual para los padres, y Lessons, un libro para niños pequeños inspirado en Lessons for Children (1778–79) de Anna Laetitia Barbauld.

Locke pensaba que la mente es una «pizarra en blanco» o tabula rasa, sin ideas innatas, porque los niños llegan al mundo sin nociones preconcebidad; de todas formas, las ideas que absorben en los primeros años de su vida afectarían profundamente su evolución posterior.

Mason (Wollstonecraft probablemente nombró a los personajes de la obra por personas de su vida real; había conocido y respetado mucho a una mujer apellidada Mason cuando se desempeñaba como profesora en Newington Green, y les había dado clases a dos niñas llamadas Mary y Caroline cuando trabajaba como institutriz para la familia Kingsborough en Irlanda.

Mason lleva a las niñas a la mansión en ruinas de Charles Townley para contarles una historia con el objetivo de advertirles sobre un peligro, sobre «un joven con habilidades poco comunes y sentimientos fuertes»; desafortunadamente, «siempre permitía que sus sentimientos dirigiesen su conducta, sin hacerle caso a su razón; eso significa que la emoción presente lo gobernaba...

[9]​ Charles quería ayudar a los necesitados, pero se distraía fácilmente con novelas y obras de teatro.

Finalmente pierde todo su dinero pero el único amigo que le quedaba lo ayuda a recuperar su fortuna en la India.

[10]​ Relatos originales trata principalmente sobre el hecho de dejar atrás las imperfecciones de la infancia para convertirse en un adulto racional y benévolo; no idealiza a la infancia como un estado inocente e ideal.

[11]​ Los historiadores modernos, particularmente Mitzi Myers, han revaluado el libro de Wollstonecraft y a la literatura infantil del siglo XVIII en general: la han colocado dentro de su contexto histórico para no juzgarla tomando como base el gusto moderno.

[12]​ Estas autoras creían que podrían realizar un gran cambio al exponer a los niños a sus ideas de una sociedad mejor, aunque «solamente» escribiesen historias sobre temáticas aparentemente insignificantes como animales pequeños o niñas.

Wollstonecraft coincidía con Locke con que era necesario enfatizar el papel de los sentidos en el aprendizaje; para ella, como lo expresa Myers, «lo ideal sería que los niños no aprendieran bajo enseñanza directa sino con ejemplos vivientes adquiridos mediante los sentidos».

Mason usa las experiencias de la vida cotidiana como una herramienta de ensseñanza porque se basan en realidades concretas y pueden absorberse fácilmente por los sentidos; aprovecha «un mal hábito, un transeúnte, una visita, una escena natural o a una festividad especial» para aplicarle una lección moral que quiere inculcarles a sus alumnas.

Mason les narra a Mary y a Caroline las historias trágicas de personas que había conocido, como la de Jane Fretful, quien había muerto a causa de su mal comportamiento;[17]​ Jane era una niña malhumorada y egoísta, por lo que finalmente su resentimiento afectó su salud y la mató.

Su mal comportamiento «rompió el corazón de su madre» y «aceleró su propia muerte».

Trueman «ama la verdad, y siempre está practicando la benevolencia y el amor—desde el insecto, al cual no pisa, su cariño debe trazarse hasta ese Ser que vive por siempre.—Es de su bondad de donde resaltan sus buenas cualidades».

[26]​ Al final del libro, Mary y Caroline ya no necesitan una maestra porque han internalizado las historias que les había enseñado Mrs.

Rousseau expresó en Emilio que las mujeres eran naturalmente astutas y manipuladoras, pero veía positivamente estos rasgos:

[32]​ Las obras de las escritoras de libros para niños tales como Anna Laetitia Barbauld, Ellenor Fenn, Sarah Trimmer y Dorothy Kilner presentaron este rasgo distintivo, aunque las autoras diferían radicalmente en sus opiniones sobre otras causas políticas, como la Revolución francesa.

Como explica Kelly, «la literatura tradicional de los chapbooks se basan en mentalidades de carpe diem, creencia en el destino, deseos de recibir dones especiales (como una gran fortaleza, astucia o belleza), una visión del tiempo como algo cíclico y repetitivo y un interés ávido en la predicción del futuro».

[38]​ No está del todo claro por cuánto tiempo se mantuvo el libro en la imprenta.

[39]​ Según Alan Richardson y los editores de Masterworks of Children's Literature, Relatos originales se publicó hasta 1835.

[42]​ Relatos originales en la actualidad se reimprime para historiadores, estudiantes e interesados en la literatura infantil en general.

Primera página de Lessons for Children (1778-79) de Anna Laetitia Barbauld , una de las influencias para la obra Lessons de Wollstonecraft.
Mrs. Mason, Mary, y Caroline miran la mansión arruinada de Charles Townley, por William Blake ; el epígrafe dice: «Estén calmadas, mis niñas; recuerden que deben hacer todas las buenas acciones que puedan en el día de hoy».
Primera página de Emilio (1762) de Jean Jacques Rousseau .
Ilustración para la edición de 1791 de Relatos originales , de William Blake .