Remolina

El topónimo “Remolina” deriva de dos términos latinos, “rivus” —arroyo o riachuelo—, que desde la Edad Media pasa por las variantes RIU o RE, siendo un prefijo muy abundantes en la toponimia de la montaña leonesa, y MOLINA, plural del sustantivo latino “molinum” —molinos—, en referencia a los muchos molinos que debieron existir en su territorio.

Aún hoy en día existe en la zona el topónimo Sierra de los Molinos.

En Las Linares han aparecido en diversas ocasiones enterramientos de la Edad Media, que señalan a este lugar como la ubicación del monasterio citado en documentos medievales.

[1]​ En la primera mitad del siglo XIV se escribió el libro de la Montería de Alfonso XI, donde también se menciona a Remolina, indicándose las buenas cualidades del pueblo para la caza.

Por esta zona se movieron durante la guerra de la Independencia las tropas del general Blake.

También existe en Remolina la tradición de que en el “Canto del Pozo” fueron arrojados varios franceses.

Situación en un largo y estrecho valle circumbalado de peñas su Clima es bástante sano.

[3]​ El último de los molinos que dieron nombre al pueblo desapareció a finales del siglo XIX.

Estaba situado en San Roque, junto al Camino Real, que venía desde Valdoré por la margen izquierda del Esla.

En 1885 se construyó la carretera Sahagún-Arriondas, pasando el trazado viario a la margen derecha del río Esla, lo que llevó al molino —en la margen izquierda— a una crisis que acabó con él.

Los últimos pastores trashumantes dejaron el oficio en los años 60 del siglo pasado.

En Remolina hubo minas de carbón, que se han explotado hasta recientemente en el Chaguazo.

En la primera mitad del siglo XX se produjeron algunos movimientos migratorios a América —Argentina, Brasil, Cuba y EE.

[10]​ Remolina pertenece a la Cuenca Hidrográfica del Duero, estando en la cabecera de su afluente más importante, el Esla.

El río Barrio recibe previamente por su margen izquierda los arroyos de Cabreros y Celada.

[11]​ El conocido como embalse de Riaño, también se denomina presa de la Remolina -siendo esta última su denominación oficial-, debido a que los terrenos donde se construyó la presa, en Las Conjas, pertenecían a Remolina.

Entre las primeras cabe destacarse a los arándanos azules, , las moras, las frambuesas y las endrinas.

Entre las hierbas aromáticas podemos incluir al te de la peña, la menta y el orégano.

No es raro encontrarse zorro o jabalí en los prados, y es posible que se pueda ver algún lobo u oso pardo.

Hay lagartijas, salamandras, culebras, lisos y alguna víbora cantábrica o de Seoane.

Sigue habiendo golondrinas, vencejos, arrendajos, carboneros, verderones, pájaros carpinteros y murciélagos, entre otros.

Remolina es un buen lugar para la realización de senderismo y la práctica del montañismo.

Colaboran en ella remolinenses de todos los puntos y también aquellos que no habiendo nacido en el pueblo lo consideran como su patria chica.

Epitafio vadiniense de Tridio Alonge encontrado en Remolina.
La reina Urraca I de León.
Casa típica de Remolina
Vista de Remolina
Remolina, un pueblo entre montañas
Setas de primavera.
Iglesia antigua de Remolina