El asalto contra la capital acabó siendo rechazado por unidades militares fieles al Gobierno y tropas alemanas.
[2] Finalmente llegaron a un acuerdo por el que parte de los prisioneros fueron liberados y una delegación gubernamental partió hacia las líneas enemigas a las 9:15 p. m. acompañada del cónsul estadounidense en Sofía (los Estados Unidos no se hallaban formalmente en guerra con Bulgaria).
[3] Los discursos de los políticos no hicieron mella en los soldados, que continuaron decididos a marchar sobre la capital.
[3] La propuesta del ministro de que no regresasen al frente pero abandonasen la marcha contra Sofía y regresasen a sus casas fue mejor recibida, pero no logró que la mayoría de los reunidos renunciase a su objetivo.
[4] Aunque no se conoce a ciencia cierta, se supone que Stamboliski cedió sin mucho entusiasmo a los requerimientos de Daskalov, que tomó inmediatamente el control de la situación en Radomir.
[5] Una vez allí no se presentó a las tropas como el nuevo presidente de la república.
[6] La mañana del 28 Stamboliski llegó a Radomir y mantuvo una tensa conversación con Daskalov; poco después partió hacia Sofía mientras Daskalov continuaba su avance hacia la capital y alcanzaba Pernik.
[7] Los atacantes se dividieron en tres columnas, que tuvieron que enfrentarse a las unidades leales al antiguo Gobierno; el grueso de estas lo formaban unidades macedonias al mando del general Aleksandr Protogerov.
[8] El contraataque de las fuerzas del Gobierno dispersó a los rebeldes y dos días más tarde aquellas retomaban Radomir.