La resolución 104 del Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas, aprobada por unanimidad el 20 de junio de 1954 durante la 675.ª sesión, abordó la situación en Guatemala.
En respuesta a una comunicación del Gobierno guatemalteco, el Consejo instó a la cesación inmediata de cualquier actividad que pudiera provocar derramamiento de sangre y solicitó a todos los Estados miembros que, conforme al espíritu de la Carta de la ONU, se abstuvieran de apoyar tales acciones.
[1]