La obra tenía que estar acabada a los ocho meses después de haberse firmado el contrato.
Este lienzo estaba inacabado a la muerte del Greco, y tampoco fue acabado por su hijo Jorge Manuel Theotocópuli.
El marco de madera dorada está flanqueado a ambos lados por dos columnas corintias apareadas.
Entonces se descubrió que el lienzo había sido doblado, tanto en la parte superior como en la inferior.
En la nueva instalación se tuvo que alargar el bastidor con cubos de madera dorada, para poder encajar las nuevas partes del lienzo descubiertas durante el traslado, lo que aumentó la sensación de extrañeza en la parte superior del retablo.