La firma y la fecha "1513" confirman que entre el encargo y la finalización del retablo transcurrieron casi veinte años, pero se desconoce la razón de ello.
En lugar del tradicional trono de la Virgen, en posición central y elevada, se ve a san Jerónimo sentado sobre una roca, absorto en la lectura de la Biblia y retratado como ermitaño.
Abajo, separados de su espacio abierto por un parapeto con mármol espejado (donde se encuentra el cartelito con la firma y fecha) se ven de pie a san Cristóbal a la izquierda y a la derecha un santo obispo joven.
Los lirios de Anjou sobre el rico manto atestiguan en cambio que se trata de Luis de Tolosa, el noble francés que renunció a la corona para abrazar el franciscanismo.
El uso de la escritura griega está vinculado a la comunidad greco-veneciana, que se reunía en la propia iglesia de San Juan Crisóstomo.