El relieve es alomado, con altitudes que oscilan entre los 630 m s. n. m. en la serrata donde se sitúan los pozos de la Fuente Santa, y los 480 m s. n. m. en las proximidades del embalse de Campillo.
La formación vegetal autóctona es del tipo durilignosa con un bosque esclerófilo mediterráneo representado por la encina y el alcornoque, junto a otras especies que componen el matorral como la jara, aulaga, cantueso, etc.
El origen del pueblo, según Ortíz de Thovar, es una fundación prerromana localizada en el paraje Miguél Sancho, en la afluencia de los ríos Guadámez y Las Huertas, cuyos vestigios existían aún en el siglo XVIII.
En este punto se enclavaba el asentamiento romano de Astigi, sobre la que fuera la antigua calzada entre Córdoba y Mérida.
El núcleo de población desapareció en una primera ocasión tras la etapa romana, siendo repoblado por gentes de la cercana Arsa, y posteriormente volvió a desaparecer durante la invasión árabe, siendo en este caso repoblada por musulmanes.
A la caída del Antiguo Régimen la localidad se constituye en municipio constitucional, entonces conocido como Retamal, en la región de Extremadura.
Por otra parte, es notable la gran concentración parcelaria, con 3,87 parcelas por explotación.
Cuenta con numerosos cotos, en los que abundan especies como conejos, palomas, perdices... y el jabalí principalmente en cuanto a caza mayor.
Además, existen parajes idóneos para la práctica de deportes como el mountainbike y el senderismo.
[5] También existen dos fuentes, conocidas como Fuente del Pilar o El Pilar, situadas en las calles Juan Carlos I y Capellanías (Ctra de Puebla de la Reina).
Gracias a la línea telefónica, pueden tener Internet, estando disponible el servicio de WIFI para todo el municipio, servicio por el cual todos los ciudadanos pueden acceder a Internet.
La gastronomía en Retamal está basada principalmente en los platos tradicionales extremeños.