1600, y que se expone en el Museo del Greco, en Toledo.
[3] El Greco llegó a Toledo en 1577, el mismo año que murió Diego de Covarrubias.
[4]sino que seguramente pintó este retrato a partir de otro, realizado al natural por Sánchez Coello —en 1574— en el que consta la inscripción «Aetatis suae 62».
[12] El pintor destaca la serenidad contenida del retratado, y el hecho de que ocupó importantes cargos en la jerarquía eclesiástica.
Dada su condición de clérigo, está representado con sobrepelliz y bonete, y lleva una cruz pectoral sujeta por una cinta blanca a la altura del pecho.