Anteriores retratos papales los mostraban frontalmente, o arrodillados de perfil.
También fue "excepcional" en esta época mostrar a la persona retratada con un determinado estado de ánimo, aquí "perdido en sus pensamientos".
Durante siglos, la pintura fue guardada junto con la "Madonna de Loreto", por primera vez en Santa Maria del Popolo, y luego pasó a colecciones privadas, perdiéndose por un tiempo su ubicación.
Los ojos de las figuras tienen una mirada baja que da una sensación contemplativa.
[10] Como un medio para indicar la devoción del Papa Julio hacia la Virgen, que dio lugar a la pareja de pinturas, Julio encargó otro cuadro mariano, la "Madonna Sixtina", en la que se aprecia al Papa bajo la forma de San Sixto al lado de la Virgen.
[18][19] Sin embargo, la atribución no es universalmente aceptada y fue cuestionada en 1996 por James Beck en Artibus et Historiae.