[2] Es una obra que se ha relacionado temáticamente con otras como la Avaricia de Durero, pintura contemporánea.
Hans Memling tiene una obra homónima de 1470.
La anciana es representada con mucho realismo, haciendo el autor un uso del color sublime para dar la impresión de viveza en las arrugas y los cabellos de la anciana.
La protagonista parece mirar a quien observa al cuadro mientras le enseña un papel con la leyenda col tempo, con el tiempo, que alude a los efectos de la edad.
[3] El fondo oscuro permite dar relevancia al personaje sin distracciones, un modelo común en los retratos de la época.