El amplio escote rectangular indica su cronología cercana a los retratos de Maddalena Doni y la Dama del unicornio.
Nicoletta Baldini describe las manos en este retrato como "vibrantes," una distinción de Miguel Ángel o Da Vinci.
[1] Modernos análisis mediante radiografías han descubierto la presencia de un dibujo anterior bajo la pintura, de un rostro femenino más joven y suave, que posteriormente modificó al actual.
Ello indica tal vez modificaciones en el estado civil de la retratada y una posible identificación.
[2] El maestro retomó la obra años después, madurando los rasgos y añadiendo el colgante con crucifijo.