También proporciona cierta resistencia a la abrasión y al ataque químico ligero (como los dedos sucios) en metales blandos.
Suelen conferir un color amarillo verdoso iridiscente a metales que, de otro modo, serían blancos o grises.
[3] Los revestimientos de conversión al cromato suelen aplicarse sumergiendo la pieza en un baño químico hasta que se haya formado una película del grosor deseado, sacando la pieza, aclarándola y dejándola secar.
[2] El curado se puede acelerar calentando a 70 grados Celsius (158 °F), pero una temperatura más alta dañará gradualmente el revestimiento del acero.
Las formulaciones suelen contener compuestos de cromo hexavalente, como cromatos y dicromatos.
El gel consiste en un esqueleto sólido tridimensional de óxidos e hidróxidos, con elementos y huecos a nanoescala, que encierra una fase líquida.
Estos residuos de cromo (VI) pueden migrar cuando se humedece el revestimiento, y se cree que desempeñan un papel en la prevención de la corrosión en la pieza acabada, concretamente, restaurando el revestimiento en cualquier nueva grieta microscópica donde pudiera iniciarse la corrosión.
[2][6][7] El cromado se realiza a menudo en piezas galvanizadas para hacerlas más duraderas.
La fórmula debía disolverse en agua a la concentración de 9,0 g/L, dando un baño con pH = 1,5.
[12] En la industria del aluminio, el proceso también se denomina película química[13] o iridita amarilla,[13] Los nombres de marcas comerciales incluyen Iridite[13] y Bonderite[14] (anteriormente conocido como Alodine, o Alocrom en el Reino Unido).
Sin embargo, éstas no parecen proporcionar la protección anticorrosiva a largo plazo de la fórmula tradicional.