Durante la tormenta se recogieron hasta 267 litros por metro cuadrado en seis horas, con una intensidad máxima de 156 litros por metro cuadrado en apenas hora y media.
En poco más de una hora, el agua inundó calles, sótanos y bajos comerciales, paralizando el tráfico y dejando vehículos flotando como si fueran de papel.
[1][2][5] Aunque hubo una breve tregua a media mañana, la lluvia se recrudeció con mayor intensidad hacia las 13:00 horas, provocando el colapso definitivo de la ciudad.
Las pérdidas materiales fueron incalculables, con barrios enteros anegados, comercios destruidos y vías de comunicación cortadas.
La solidaridad ciudadana fue clave para enfrentar la catástrofe, destacándose imágenes de rescates dramáticos y esfuerzos colectivos.