Su primer destino fue Lecumberri y en El Burgo de Ebro.
Tras una estancia en Cádiz, vuelve a Zaragoza como profesor hasta 1932.
Fundador del Sanatorio de Nuestra Señora del Carmen, tuvo a su cargo el área de Obstetricia y Ginecología.
Por su interés periodístico, participó en varias publicaciones médicas, incluso creando la revista Clínica y Laboratorio en 1905.
En reconocimiento a su figura, existe una céntrica calle en Zaragoza con su nombre.