Richard Lindzen

[3]​ Lindzen concurrió al "Bronx High School of Science" (ganando las becas Regents y Mérito Nacional), Instituto Politécnico Rensselaer, y a la Universidad de Harvard.

[8]​ Los primeros trabajos Lindzen se referían a la fotoquímica del ozono, a la aerodinámica de la atmósfera media, la teoría de la marea atmosférica, y las ondas planetarias.

Eso formó la base de su seminal Radiative and Photochemical Processes in Mesospheric Dynamics que se publicó en cuatro partes en el Journal of the Atmospheric Sciences entre 1965 y 1966.

Esa obra fue extendida en 1973, para incluir los efectos de las reacciones del nitrógeno e hidrógeno, con la doctorando, Donna Blake, en Effect of photochemical models on calculated equilibria and cooling rates in the stratosphere.

[15]​ Desde el tiempo de Laplace (1799),[16]​ los científicos estaban desconcertados sobre por qué las variaciones de presión medida en la superficie de la Tierra está asociada con las mareas semidiurnales solares dominando sobre las mareas diurnas en amplitud, cuando intuitivamente cabría esperar que el paso diurno (diario) del sol domine.

En la segunda mitad del siglo XX, sin embargo, las observaciones no habían podido confirmar esta hipótesis, y una hipótesis alternativa se propuso que algo debía suprimir la marea diurna.

[17]​ Sin embargo, no logró incluir una función para el ozono estratosférico.

Eso fue rectificado en 1963 por el físico australiano Stuart Thomas Butler y su estudiante doctorando K.A. Small quienes mostraron que el ozono estratosférico absorbía una buena parte de la insolación solar.

[25]​[26]​ Aunque no se llevó a cabo en el momento, la oscilación cuasibienal (QBO) fie observada durante la erupción del Krakatoa en 1883, cuando sus cenizas fueron transportadas por el globo, de este a oests por vientos estratosféricos en alrededor de dos semanas.

[28]​ Una teoría alternativa fue propuesta por Peter J. Gierasch al año siguiente que sostuvo, en cambio, que la circulación meridional (de Hadley) puede transportar el impulso por la mezcla de Foucault.

[30]​ Lindzen hipotetizó que el planeta Tierra puede actuar como un iris infrarrojo.

[6]​ Esta hipótesis sugiere una retroalimentación negativa que contrarrestaría los efectos del calentamiento por CO2 reduciendo la sensibilidad climática.

[31]​[32]​ Lindzen ha expresado su preocupación sobre la validez de los modelos computarizados utilizados para predecir el cambio climático futuro.

[41]​ Se ha opuesto desde hace mucho tiempo al consenso sobre el calentamiento global, indicando que los científicos son tan capaces de cometer errores como cualquier otro profesional cuando la ciencia pareciera apuntar en una sola dirección.

ISBN 1-878220-03-9 Lindzen es de los investigadores más citados del ISI,[44]​ y su biografía se ha incluido en American Men and Women of Science.