Mientras que las ACU muestran un aumento significativo en la recuperación de costos, especialmente en comparación con los bajos índices en las zonas con manejo estatal, es necesario un alto subsidio por parte del gobierno para ayudar a cubrir los costos de operación y mantenimiento de sus sistemas.
La mayor parte de la superficie irrigada se encuentra en los valles entre las cordilleras, con unas precipitaciones medias a bajas y unas pocas restricciones en su suelo como pendientes, profundidad del suelo y, en algunos casos, problemas de salinidad asociados con el riego o la presencia de agua salina subterránea.
Las necesidades del sector riego se relacionan con la mejora de la eficiencia, la productividad y los aspectos organizativos.
Según la Organización para la Alimentación y la Agricultura (FAO), el desarrollo del riego en la República Dominicana comenzó a finales del siglo XIX con la construcción los canales de Juan Caballero, Luis Bogart y Santana, y el proyecto Manzanillo.
En los años 20, debido principalmente a la inversión gubernamental, el desarrollo del riego aumentó considerablemente.
La superficie bajo riego continuó aumentando en los años 40 y 50 desde 32.000 ha en 1941 hasta 132.000 en 1954.
[1] El programa de transferencia del manejo del riego (Management Transfer Program, TMR) comenzó oficialmente a mediados de los años 80 y continúa aún en la actualidad.
No obstante, estos resultados están lejos de ser los ideales.
Por ejemplo, la recuperación del costo global continúa siendo baja, por lo que los costos de operación y mantenimiento aún dependen de los subsidios del gobierno.
[2] Según la FAO, la RD tiene unas precipitaciones medias anuales de unos 1.500 mm; en las zonas áridas caen tan sólo 500 mm/año, mientras que las zonas húmedas tienen un promedio de 2.500 mm/año.
[1] Se espera que el cambio climático mundial ocasionará choques climáticos permanentes en la región del Caribe, incluidos la subida del nivel del mar, el incremento de temperaturas superficiales atmosféricas y del mar, eventos meteorológicos extremos (como los huracanes y las tormentas tropicales), el aumento de la intensidad de las precipitaciones (lo cual conducirá a inundaciones más frecuentes y graves) y la incidencia de sucesos como el de "El Niño" con mayor frecuencia y gravedad.
Los acuerdos y decretos presidenciales entre el INDRHI y la asociación civil de usuarios (asociaciones de regantes) han proporcionado apoyo legal al programa de transferencia del manejo del riego (TMR) (véase a continuación).
La contribución de la agricultura al producto interior bruto (PIB) ha ido descendiendo desde 1962, año en el que representaba el 32%, a tan sólo el 13% en 2008.
De este valor, el 53% corresponde al ganado, la pesca y la silvicultura.
Estas áreas se pueden resumir en lo siguiente: 1) el desarrollo de la capacidad institucional no ha sido sistemática.
[1] El reto para el futuro no se puede abordar con las políticas y la estructura institucional existentes.