[2] Chimpancés, gorilas y orangutanes exhiben vocalizaciones similares a la risa humana en respuesta al contacto físico, como ocurre durante la lucha, juegos de persecución o cosquillas.
La risa de los chimpancés no es fácilmente reconocible para los seres humanos, en tanto es generada alternando inhalaciones y exhalaciones, lo que la hacen sonar más como una respiración fuerte o jadeo.
Un estudio[4] analizó los sonidos emitidos por bebés humanos y bonobos al hacérseles cosquillas y encontró que si bien la risa del bonobo era de frecuencia más alta, seguía el mismo patrón ecográfico que la de bebés humanos e incluía expresiones faciales similares.
Seres humanos y chimpancés comparten áreas del cuerpo similares que les provocan cosquillas, tales como las axilas o el vientre.
[9] El objetivo inicial de esta investigación, realizada por Jaak Panksepp y Jeff Burgdorf, era rastrear los orígenes biológicos de la manera en la que el cerebro mamífero procesa las emociones y el comportamiento social.
[10] Estudios más recientes han investigado los estados emocionales de las ratas tras recibir cosquillas.
Los perros jadean en ocasiones de una manera que suena similar a la risa humana.