Roberto Nicolás Medina

Se lo reconoce como un dramaturgo sensible y talentoso, y un director de escena con agudo sentido moderno.

Atraído desde muy joven por el teatro, se vinculó como actor a diversos conjuntos vocacionales.

Posteriormente se inclinó por la dramaturgia, y en 1958 estrenó su primera obra, Cuatro paredes, por la que obtuvo el Primer Premio de Teatro Universitario, a la que siguieron Próxima estación, Personajes en la sala, Hogueras a la hora de la siesta, Orfeo en las tinieblas, Una sombra en el pajonal y La larga noche de Alcestes, entre otras, que lo convirtieron en un autor de relevantes éxitos.

También presentó piezas para niños, entre ellas El circo del caballito azul, La murga de Juan, El vagabundo de la luna y La loca historia de un delfín.

obra esta última por la que fue galardonado en 1985 con el premio Argentores.