[3] Según el Domesday Book, Roberto y su hijo William poseían tierras en diversos condados.
Los ingresos anuales generados por las tierras de ambos ascendía a unas 690 libras esterlinas.
Cuando los daneses abandonaron su refugio para saquear los alrededores, los comandantes normandos cayeron sobre ellos inesperadamente, aplastándolos y obligándolos a huir por mar.
Decepcionado por su blandura y su libertinaje, se pasó, junto con varios otros señores normandos, al bando del rey Guillermo II el Rojo, de quien recibió varias guarniciones para sus castillos.
Roberto fue asistido por el consejo del duque Guillermo y Mauricio, arzobispo de Ruán.