Nunca recibió la regalía ya que el emperador Conrado IV fue excomulgado.
Según el historiador Fabritius (1792): «mancilló su gobierno despojando las iglesias de Lieja e imponiéndose al clero para poder conquistar el obispado de Reims y comprando votos.
Se dice que fue su hermano, el gobernador de Champaña, quien le incitó a hacerlo.
Es conocido por instaurar la celebración de la fiesta del Corpus Christi en su diócesis,[3] promulgada por Juliana de Cornillon.
«Después de su muerte, la sede del obispado estuvo vacante durante casi un año ya que había doce candidatos, todos hijos de condes.»[4]