Rocinante

Rocinante es el nombre del caballo de Don Quijote en Don Quijote de la Mancha, novela en la que su autor lo presenta así: «Cuatro días se le pasaron en imaginar que nombre le pondría... y así después de muchos nombres que formó borró y quitó, añadió, deshizo y tornó a hacer en su memoria e imaginación, al fin le vino a llamar Rocinante, nombre a su parecer alto, sonoro y significativo de lo que había sido cuando fue “rocín, antes” de lo que ahora era, que era antes y primero de todos los rocines del mundo» (es decir «piel y huesos»), pero al que Don Quijote aún seguía viendo como «mejor montura que los famosos Babieca del Cid y Bucéfalo de Alejandro Magno».

[1]​[2]​ Rocín en español significa un caballo de trabajo o un caballo de baja calidad, pero también puede significar un hombre analfabeto o áspero.

Hay palabras similares en inglés ( rouncey ), francés ( roussin o roncin; rosse ), catalán ( rossí ), portugués ( rocim ) e italiano ( ronzino ).

Como sufijo, -ante en español es adverbial; rocinante se refiere a funcionar como, o ser, un rocín .

"Rocinante", sigue el patrón de Cervantes usando palabras ambiguas y multivalentes, recurso común en toda la novela; en suma, un cambio de estado desde el "viejo fastidio" de antes hasta el corcel "más destacado" ahora... «Nombre, a su parecer, alto, sonoro y significativo de lo que había sido cuando era rocín, antes de lo que era ahora, qué era antes y primero de todos los rocines del mundo».

Rocinante en el suelo, tras la aventura de los molinos de viento. Ilustración de Gustave Doré .