Estuvo casada en primeras nupcias con un acaudalado indiano de Aleixar, José Guardiola Grau (1831-1901), del que heredó una importante fortuna.
En 1906 el matrimonio encargó a Antoni Gaudí la construcción de la Casa Milà, más conocida como la Pedrera.
Un ejemplo era la imagen monumental con que Gaudí quería coronar la fachada, dedicada a la Virgen del Rosario, en homenaje al nombre de la propietaria, que iba a esculpir Carles Mani.
La imagen no se llegó a hacer, si bien permanece la inscripción mariana Ave gratia M plena Dominus tecum en la parte superior de la fachada.
En 1940 falleció Pedro Milá, y pocos años después, en 1946, su mujer vendió el inmueble a la Inmobiliaria CIPSA (Compañía Inmobiliaria Provenza, SA), si bien siguió viviendo en su piso hasta su fallecimiento en 1964.