Su enfoque en la formación teológica y su visión evangelística lo han convertido en una figura clave para la denominación cristiana en su expansión global.
Tras su conversión sirvió durante varios años en su respectivo templo; sin embargo, fue llamado a la obra misionera.
Concepción seguiría ministrando en su país siendo más tarde señalado como docente y proyector de las sagradas escrituras en el Instituto Bíblico Elim a nivel nacional e internacional de la obra del Movimiento Misionero Mundial.
Durante su mandato, trabajó en la organización y preparación de la Obra nacional con una visión orientada al futuro.
Bajo su liderazgo, el MMM ha visto un crecimiento significativo, con nuevas iglesias y centros teológicos establecidos en diversas regiones.