Al radicarse en Buenos Aires siguió estudiando con Juan Escobar y Francisco Alvarenga.
Durante la Guerra del Chaco fue uno de quienes concurría a alentar a los combatientes con música paraguaya y en tal carácter formó parte del Conjunto Guaraní que dirigía Julián Rejala.
Finalizada la guerra se radicó en la Argentina al igual que otros artistas de su país.
Rubito Larramendia actuó con José Asunción Flores, grabando en 1939 con la conocida Orquesta Ortiz Guerrero, formando con Cristóbal Cáceres el dúo Larramendia–Cáceres.
En 1953 el conjunto participó en la película argentina Intermezzo criminal, dirigida por Luis José Moglia Barth.