Muy aficionado al deporte, al aire libre y al atletismo, publicó crónicas de sociedad en El Heraldo hasta que lo sustituyó Enrique Casal ("León Boyd" o "Miramar") y luego en El Universal (1905).
Fue, junto a Jesús Fernández Duro y Juan Rugama, cofundador del Real Aero-Club de España (1905), en el que tuvo el cargo de tesorero.
Terminó su carrera como redactor deportivo de ABC de Madrid, presidió la Federación Castellana de Atletismo y apenas un mes la Real Federación Española de Atletismo (8-5-1929 a 30-5-1929), pues se vio obligado a dimitir a causa de una áspera campaña levantada contra él por El Mundo Deportivo.
[2] Promovió el escultismo dando conferencias sobre educación y ejercicio físico en la naturaleza, contraviniendo la necesidad de educación gimnástica, y fue miembro del Consejo Nacional de Exploradores,[3] desempeñando el cargo de vicepresidente segundo de la institución escultista.
[4] Fue considerado el decano de los periodistas deportivos españoles y se jubiló en 1936.