[4] Su esposa participó en su conversión a la vida religiosa y fue consagrado obispo de Limoges alrededor del año 485(en su época los clérigos aún podían casarse),[5] el acceso a un cargo eclesiástico permitía a los aristócratas galorromanos no solo conservar cierta ascendencia y poder en la comunidad local sino también otorgaba cierta seguridad personal frente a los nuevos dominadores bárbaros.
El contenido y estilo de las cartas son muy heterogéneos: muchos de estos escritos eran totalmente banales, espontáneos e informales, cercanos al lenguaje vulgar.
Con frecuencia muchos de sus interlocutores eran familiares y amigos, así como obispos vecinos o más lejanos.
En otras epístolas se abordaban temas más profundos y sofisticados.
Bradley considera que estas epístolas son intrascendentes, sin información histórica o teológica relevante.