Los Autotransportes Urbanos de Pasajeros Ruta 100, también comercialmente Ruta 100, fue un organismo descentralizado mexicano con personalidad jurídica y patrimonio propios dependiente del Departamento del Distrito Federal.
La línea administrada por el DDF se caracterizó por su eficiencia y buen servicio.
Los concesionarios se comprometieron a renovar 2 mil 400 unidades, racionalizar los recorridos y ofrecer seguro del viajero.
[6] Además que la misma empresa actuó con responsabilidad durante el Terremoto sufrido en 1985 prestando apoyo a los cuerpos de emergencia, acondicionando autobuses y módulos como aulas y albergues,y presto servicio gratuito durante el tiempo de recuperación de la ciudad.
El sindicato exigía aumento salarial de 100%, mientras el gobierno ofreció 12% y luego 14%, pero el sindicato decidió lanzarse a la huelga "confiando plenamente en su importancia estratégica y su capacidad de resistencia".
Así, se adquirieron 10 autobuses articulados MASA S545, 200 CAPRE (Autobús Chato Diseño Ruta 100), 600 Bóxer Medianos y 200 Bóxer Cortos (los dos últimos, para rutas de alta montaña).
A mediados de 1994, se adquirieron 170 autobuses articulados MASA U18, que fueron puestos en servicio en cuatro rutas troncales.
El DDF puso en operación un sistema de transporte emergente con mil 250 camiones que dieron servicio gratuito en 45 rutas durante 10 días, que resultó deficiente e inoperante.
R-100 transportaba diariamente a 2,8 millones de usuarios en 207 rutas y daba empleo a 12 mil 98 trabajadores sindicalizados y mil 694 empleados de confianza.
La inexperiencia de la operadores emergentes ocasionó retrasos en el servicio y accidentes.
[13] Ese mismo año la entonces jefa de Gobierno del DF, Rosario Robles Berlanga, emitió decretos por los que se extinguió el organismo público descentralizado Autotransportes Urbanos de Pasajeros R-100 y por el que se declaró como patrimonio del Distrito Federal los bienes muebles e inmuebles que a la fecha administraba el Consejo de Incautación del organismo.
La quiebra de Ruta 100 no solo dejó pérdidas irreparables a la conectividad del área metropolitana sino que este mismo daño podría tomar décadas repararlo para reponer una calidad de servicio similar a la que prestaba Ruta 100, asimismo muchas zonas del estado de México aún están expuestas a condiciones infrahumanas de transporte debido a esto pues los autobuses mexiquenses no cuentan con un esquema que pueda garantizar la seguridad y traslado rápido, así como complicidad con autoridades de ambos estados y de algunas delegaciones del D.F.
seguirá vigente hasta que ambos gobiernos circulen de común acuerdo para reponer servicios con la misma calidad.
El resto eran módulos complementarios, administrativos o talleres específicos de la empresa.