Sacra Capilla del Salvador

Mandada construir en 1536, formaba parte de un extenso programa artístico (del que formaban parte su Palacio, una Universidad y un Hospital)[notes 1]​ destinado a encumbrar la fama, la fortuna y la gloria personal que había alcanzado el secretario personal de Carlos V; para lo que recurrió a artistas de primer nivel.

El Salvador fue la empresa más ambiciosa de toda la arquitectura religiosa privada del Renacimiento español.

Se establece un paralelismo entre las figuras de Hércules y Jesús (en ambos casos, el hijo del dios supremo tiene que vivir como mortal y superar penosas pruebas para, tras una muerte cruel debida a una traición, recuperar la posición que le corresponde junto a su padre).

A los lados, otras dos portadas triunfales, diseñadas por Vandelvira y esculpidas por Esteban Jamete.

Fue quemado por los milicianos en la Guerra Civil y solo se conserva el Cristo central.

La escultura ya restaurada se expuso en Italia, y en 2015 en el Museo del Prado de Madrid.

La decoración de las bóvedas es más sobria que el resto, intentando asemejar las nervaduras del estilo Isabel.

Con arcos que dejan hornacinas para alojar las cajoneras donde se guardaran los ternos del culto, está decorada con toda clase de figuras, bustos y alegorías.

El entablamento está sostenido por cariátides que, a su vez, descansan en cabezas humanas.

La Sacra Capilla del Salvador junto al Parador del Condestable Dávalos, antiguo palacio del Deán Ortega.
Frescos de la Rotonda
Relieve de Venus vihuelista ( varón ) en el intradós de la puerta
Retablo mayor. Alonso de Berruguete
Puerta de la Sacristía